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El azaroso salto del mesón de laboratorio a la planta industrial

Actualizado: 1 dic 2021

El azaroso salto del mesón de laboratorio a la planta industrial: Acortando la brecha para el escalamiento de emprendimientos biotecnológicos en LatAm


El escalamiento de innovaciones basadas en biotecnologías requiere de equipos, recursos, tiempos y procesos diferentes a los que se esperan de las otras tecnologías, como las digitales que, en pocos años, logran ascender de startups a multinacionales valuadas en millones de dólares. En el caso de los bioemprendimientos, el paso del laboratorio a la industria no es sólo un problema de escala, sino que su éxito está influenciado, a su vez, por múltiples factores directos e indirectos como: la disponibilidad de financiamiento, el acceso a equipamiento, el conocimiento técnico, la replicabilidad de los experimentos, el acceso a cadenas de valore, entre otros. En el contexto latinoamericano, con una industria biotecnológica dispersa e incipiente, cada emprendimiento requiere mecanismos ingeniosos para sobrevivir en esta realidad. Este artículo presenta algunas alternativas accesibles que combinan esfuerzos públicos y privados en miras a pavimentar el camino al éxito de las bioinnovaciones regionales.


La actual panacea de la innovación basada en emprendimiento, empujada en sus inicios por el despertar de Silicon Valley y sus empresas de garaje, acelerada por el boom de las “dot com”, y más recientemente expandida por la masificación del acceso a internet y sus tecnologías asociadas, ha permitido ver el nacimiento de empresas que, en menos de una década y con infraestructura accesible, logran cotizar en bolsa por billones de dólares. Este es el caso de startups como Instacart [1], AirBnB [1], Rappi [2] y el de múltiples fintecs [3]. Sin embargo, el rápido escalamiento que demuestran las startups digitales genera expectativas poco realistas para otras industrias, corriendo el riesgo de invisibilizar los desafíos propios del desarrollo de otros sectores industriales, como aquellas vinculados a la biotecnología.


Para el sector biotecnológico, la capacidad de llevar una tecnología desarrollada en un mesón de laboratorio a una escala industrial y que sea comercialmente rentable es todo menos despreciable. A diferencia del escalamiento de un emprendimiento de base digital que podría implicar, entre otros, ampliar el número de servidores, en las ciencias biológicas el escalamiento se vuelve un desafío repleto de incertidumbres, ajustes e iteraciones.


Una vez validado a nivel de laboratorio que un cierto organismo, complejo biológico o bioproceso es capaz de resolver una problemática particular, el siguiente paso es probar si esto es replicable a gran escala, pasando (idealmente) a un piloto integrado. Luego a la planta demostrativa, para llegar finalmente a escala de producción en masa. A primera vista, parece un desafío contra las leyes de la naturaleza en órdenes de magnitud o acomodar protocolos diseñados para escalas de hasta 50 litros, a una escala de cientos o miles de litros. No obstante el verdadero reto es replicar los resultados del matraz en nuevos ambientes, con diferentes maquinarias y formas de operación que agregan incertidumbre al potencial de estas tecnologías.

Algunos factores clave que influyen en el alto riesgo asociado a estas etapas incluyen:

  1. Factores directos, como la baja replicabilidad de los experimentos diseñados a nivel de laboratorio, la inestabilidad o variabilidad inherente de los procesos de base biológica, la eficiencia y rendimiento de los procesos mismos, su competitividad a nivel de precio con las alternativas comerciales, o incluso la elección de un modelo de negocio poco escalable.

  2. Y factores indirectos, como la disponibilidad de financiamiento para fases de escalamiento, limitaciones de acceso a equipamiento especializado, falta de conocimiento técnico y experiencia, o las condiciones propias del ecosistema de innovación local, entre otras.

Es poco probable que se pueda evitar lidiar con las vicisitudes propias de la biología y sus caprichos, sin embargo, sí es posible reducir los riesgos asociados a aquellos agentes indirectos como el know-how (o saber hacer), el acceso a infraestructura adecuada y financiamiento de riesgo. La realidad particular de Latinoamérica algunas estrategias de bajo costo, pueden pavimentar un camino más certero en el escalamiento de biotecnologías, como:

  • Utilizar las capacidades instaladas y los conocimientos técnicos dentro de las universidades y centros. Facilitando el acceso a estos espacios para emprendimientos en búsqueda de equipamiento y personal capacitado, se permite realizar validaciones previas e incluso pilotos de baja escala, sin necesidad de invertir en equipamiento ni personal durante las etapas iniciales, y a su vez que entrega un flujo de ingresos alternativos para la academia. Ejemplos de plataformas que facilitan este match entre academia e industria son: Science Exchange [4], QReserve [5], LabNettings [6] [1].

  • Abrir las capacidades ociosas dentro de empresas regionales a colaboraciones con startups y spin-offs provenientes de la academia. Industrias como la farmacéutica, la industria química o de alimentos poseen equipamiento e instalaciones que podrían servir no sólo para el pilotaje de proyectos, sino también para generar alianzas que sean mutuamente beneficiosas.

  • Desarrollar capacidades compartidas a través de instalaciones de acceso abierto on-demand. Plantas de pilotaje que permiten tanto a pequeñas como grandes empresas utilizar el equipamiento y el conocimiento técnico de su personal, sin los riesgos, costos, ni el tiempo que implica invertir en esta infraestructura individualmente. Para esto existen interesantes ejemplos europeos como Bio Base Europe Pilot Plant [7], o Bioprocess Pilot Plant [8], entre otras.

Alternativas como las anteriores, donde se combinan tanto esfuerzos públicos como privados, ayudan a pavimentar el camino al éxito de las bioinnovaciones. Con acceso a infraestructura y conocimiento especializado se puede comprobar la viabilidad técnica de una tecnología, así como reducir el riesgo asociado a los procesos de escalamiento y acercar el interés del capital privado, que sin pruebas claras de viabilidad a escala industrial suele mirar dudoso los resultados desplegados en papers y patentes. Finalmente, se trata de construir un ecosistema de innovación fluido que mueva la ciencia desde el laboratorio y sus publicaciones poniéndola a prueba a escalas reales de mercado.


Referencias


[1] Business Insider. (2021). 10 startups that became worth billions in less than 3 years. Recuperado de: https://www.businessinsider.com/fastest-startups-to-became-unicorns-by-crossing-1-billion-valuation-list-2018-4


[2] Crunchbase. (2021). Rappi. Recuperado de: https://www.crunchbase.com/organization/rappi


[3] PCN. (2021). The 10 fastest fintech to reach billion-dollar valuations. Recuperado de: https://teampcn.com/10-fastest-fintechs-to-reach-billion-dollar/


[4] Science Exchange. (2021). Recuperado de: https://ww2.scienceexchange.com/s/


[5] QReserve. (2021). Recuperado de: https://get.qreserve.com/


[6] LabNettings. (2021). Recuperado de: https://labnettings.com/


[7] Bio-Base Europe Pilot Plant. (2021). Recuperado de: http://www.bbeu.org/pilotplant/


[8] Bioprocess Pilot Plant. (2021). Recuperado de: https://www.bpf.eu/


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