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La plantas como bioindicadores

Actualizado: 29 abr 2023

Hoy en día es muy común hablar o escuchar acerca de los efectos del cambio climático. Sin embargo, no somos conscientes de las herramientas que se pueden utilizar para identificar y controlar dichos cambios. Los bioindicadores son una herramienta muy útil para obtener información cualitativa y detectar los cambios que ocurren en un ecosistema y por consiguiente el impacto que éste pueda generar en la naturaleza. Algunos organismos son muy sensibles a la contaminación y lo expresan mediante un cambio morfológico, fisiológico, o de comportamiento. Precisamente, las plantas son un tipo de bioindicador muy efectivo en la naturaleza, debido a su sensibilidad para percibir los efectos sinérgicos y antagónicos de varios contaminantes presentes en el ecosistema.


El potencial de las plantas como bioindicadores ha sido una poderosa herramienta para detectar con antelación los efectos tóxicos de un determinado contaminante en el ecosistema, para evitar la afección de muchos nichos ecológicos. En el año de 1998 en el Centro Internacional de Investigación Científica de Chernóbil se analizó a la especie vegetal Arabidopsis thaliana como boindicador para evaluar las consecuencias genéticas causadas por la contaminación radioactiva que ocurrió años atrás en esta ciudad. La investigación determinó un aumento significativo en la recombinación intracromosómica del material genético de las plantas utilizadas en el estudio, lo cual quiere decir que existe una acumulación genética en las poblaciones de plantas afectadas por la irradiación nuclear, lo que provoca un impacto genético en el ambiente.


Por otra parte, la versatilidad de las plantas como bioindicadores en ecosistemas acuáticos ha sido un punto de investigación en varios lugares del mundo. Con la industrialización y la urbanización las vertientes de ríos aledaños a las grandes ciudades se ven afectados por la gran cantidad de contaminantes; generando así una alteración en nichos ecológicos que desencadenan un desequilibrio en la naturaleza. El río Narev ubicado en el noroeste de Polonia bordeando muchas ciudades de la parte este; se ve afectado con la acumulación de metales pesados debido a las actividades económicas que se desarrollan allí como el procesamiento de alimentos, plantas de energía, la industria de la construcción y la industria metalúrgica. Con esta problemática, investigadores decidieron utilizar a Glyceria aquatica, una planta que generalmente crece en la parte superficial de los ríos, para identificar la cantidad de metales pesados presentes en sus raíces y así determinar el porcentaje de contaminación del río. Los resultados del estudio establecieron que existe una contaminación de cadmio tanto en el material vegetal como en las muestras de sedimento del río, lo cual refleja la cantidad de formas biodisponibles de metales específicamente de cadmio en el medio ambiente que no han sido investigados. Esta información es muy valiosa referente a los cambios cualitativos y cuantitativos que ocurren en ecosistemas acuáticos que pueden afectar a la flora y la fauna que habita en él.


Lastimosamente hay escasos datos disponibles acerca de plantas que actúan cómo especies sensibles, tolerantes y resistentes a la contaminación urbana, en particular a la contaminación vehicular. Sin embargo, en India en el año 2013 se publicó un artículo científico acerca de las plantas de carretera como bioindicadores. En la ciudad de Bangalore existe el mayor porcentaje de contaminación en el aire debido a la alta movilización de automóviles y para analizar este índice de contaminación se estudiaron parámetros como el porcentaje de clorofila, la presencia de ácido ascórbico, el pH y el contenido de agua presente en las hojas de las plantas de carretera. Como era de esperarse, los resultados de la investigación determinaron que el aumento de tráfico en horas específicas del día inducía la disminución en el porcentaje de clorofila y agua en las plantas de carretera lo que significa una decadencia en el área vegetativa de la ciudad que poco a poco se convierte en nula.

Evidentemente las plantas cumplen un papel muy importante como bioindicadores, la evaluación de la relación que existe entre los cambios del ambiente y la respuesta de las plantas es una clara ventaja para antelar ciertas disrupciones en el ecosistema y precautelar la flora y la fauna del mismo. En síntesis, las plantas son geniales.


Fuentes consultadas:

A.P. Deepalakshmi, A. P. D. (2013). Roadside Plants as Bio-indicators of Urban Air Pollution. IOSR Journal of Environmental Science, Toxicology and Food Technology, 3(3), 10–14. https://doi.org/10.9790/2402-0331014

Kovalchuk, I., Kovalchuk, O., Arkhipov, A., Hohn, B. (1998). Transgenic plants are sensitive bioindicators of nuclear pollution caused by the Chernobyl accident. Nature Biotechnology, 16(11), 1054–1059. https://doi.org/10.1038/3505

Parmar, T. K., Rawtani, D., Agrawal, Y. K. (2016). Bioindicators: the natural indicator of environmental pollution. Frontiers in Life Science, 9(2), 110–118. https://doi.org/10.1080/21553769.2016.1162753

Skorbiłowicz, E. (2009). Aquatic plants as bioindicators of contamination upper Narew river Heavy metals are the most troublesome and widely investigated contaminants of An assessment of aquatic environment conditions is based on the determination of heavy metal concentrations. Environmental Protection Engineering, 35(1).

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